martes, 26 de enero de 2016

COMENTARIO VIII

Obra 1ª La ronda de noche

FICHA
 Título: Ronda de noche. “La compañía del capitán Frans Banning Cocq y el teniente Wilhem van Ruytenburch”.
Autor: Rembrandt Harmenszoon van Rijn (1606-1669) Su producción artística fue muy extensa, se conocen unos cuatrocientos cuadros, casi trescientos grabados y una buena cantidad de dibujos. Este artista es normalmente recordado por su claroscuro y sus retratos, los cuales conforman una décima parte del total de su producción. Es por esta razón que se le ha llamado uno de los “grandes profetas de la civilización”, gracias a su interés por retratar la naturaleza humana. Pero nos centraremos en el que quizás es el más célebre de toda su producción, La Ronda de noche.
Fecha: 1642 cuando el pintor tenía unos 34 años
Localización: Rijksmuseum, Amsterdam
Estilo: Barroco holandés. Se trata de un retrato corporativo, típico de la tradición pictórica holandesa.
Forma: Se trata de pintura mueble, realizada en óleo sobre lienzo, que posteriormente fue barnizada para que estuviera protegida.
Medidas: 3,59 x 4,38 metros (originalmente mayor)
Método: Obra realizada al óleo mediante pincel
La ronda de noche o La ronda nocturna es el nombre por el que se conoce comúnmente una de las más famosas obras maestras del pintor  Rembrandt, pintada entre 1640 y 1642 el lienzo mide 3,79 metros de largo por 4,54 de alto y pesa 170 kilos. Este cuadro es una de la joyas de la exposición permanente Rijksmuseum de Ámsterdam, pinacoteca especializada en arte neerlandés

Sobre el título
El capitán Frans Banninck y
el teniente Willem van
 Ruytenburgh
Aunque el título del lienzo como La ronda de noche está históricamente consolidado y admitido, su nombre original fue La compañía militar del capitán Frans Banninck Cocq y el teniente Willem van Ruytenburgh . Éste, que quizá fuese su verdadero título, fue descubierto gracias a la inscripción hallada en un boceto preparatorio. La escena se desarrolla al aire libre, pero no de noche como reza el título sino que se oscureció con el paso del tiempo y por eso tiene en la actualidad ese aspecto nocturno; de hecho, hasta el siglo XIX no se la conoció como La Ronda de Noche, sino como La Milicia del capitán Frans Cocq.. El cuadro fue llamado en el siglo XIX Patrouille de Nuit por la crítica francesa, de ahí el nombre por el que se le conoce popularmente. La razón  de este título surge de una equivocada interpretación crítica del cuadro, debida a que, en esa época, el cuadro estaba tan deteriorado y oscurecido por la oxidación del barniz y la suciedad acumulada, que sus figuras eran casi indistinguibles, y parecía una escena nocturna. Este hecho, sumado a que en esa época ya no había rondas de día pero aún se mantenían las nocturnas, explica el título asignado.
Al estallar la II Guerra Mundial, en 1940, el cuadro fue escondido para evitar que los nazis lo robaran. En 1942 fue enviado a Maastricht, al sur del país, a 35 metros bajo tierra. En 1945 regresó a Ámsterdam tras la liberación. Después de su restauración en 1947, se eliminó este barniz oscurecido, y se descubrió que el título no se ajustaba a la realidad, ya que la acción no se desarrolla de noche sino de día, en el interior de un portalón en penumbra al que llegaba un potente rayo de luz que iluminaba intensamente a los personajes que intervienen en la composición.
La compañía de arcabuceros representada era una milicia de carácter civil cuyo trabajo consistía en defender la ciudad de cualquier ataque, y mantener la ley y el orden en las calles. Pero para la época del cuadro, este trabajo era mayormente ceremonial, se vestían y desfilaban en sus atuendos de milicia sólo en días festivos, y solían reunirse para celebrar banquetes. Existía una tradición por parte de estas compañías de milicianos, de encargar retratos de grupo para colgar en las paredes de sus lugares de reunión (en este caso el Cuartel de la Guardia Cívica de Ámsterdam). En este tipo de cuadros se representaba a los milicianos alineados, ordenados y claramente representados. Como cada uno de los representados pagaba su retrato de manera individual, el artista debía integrarlos a todos de manera visible, por lo cual el resultado era muy formal, estático y poco natural. Pero Rembrant rompe con este estereotipo de cuadro a la carta y realiza una composición que se aleja totalmente de la tradición. Lo hace como si fuera un gran cuadro histórico, representa un “hecho” y lo carga de drama y trascendencia, introduce más integrantes de los “paganos” para dar sensación de multitud, le da vida a esa multitud convirtiendo a los “personajes” en “actores del hecho representado”, dota al cuadro de unas dimensiones bastante más mayores que lo habitual, en una palabra Rembrant sorprende con la utilización de estos elementos que dinamizan el cuadro y que confieren una nueva dimensión.al retrato colectivo de tanta tradición en la sociedad calvinista del siglo XVII
Esta es la Compañía del capitán Reyner Reael
 de FransHals. Observad las diferencias simetría
orden,estatismo, retratos, claridad, etc..Esta era la
 estructura convencional de los retratos de grupo
Varias  son las obras de este tipo que se conservan, pero ninguna supera a esta obra por el realismo con el que está pintada, captando a la perfección los rostros de los milicianos diseminados en esa vorágine de luces y sombras, de gestos, movimientos y  actitudes de vida que convierten a los personajes en piezas de un puzzle artístico  organizado en torno a un núcleo central, en este caso, las figuras del capitán y el teniente de la compañía.
 A pesar de ser una obra maestra, cuando fue presentada en Amsterdam tuvo una fría acogida por parte de la crítica; La ronda de noche no agradó a los contemporáneos de Rembrandt, porque hería las convenciones de su gusto.  Si a esto añadimos la muerte de su esposa, Saskia, comprenderemos por qué el año 1642 no fue nada bueno para el pintor, que iniciaba entonces un periodo de cierta decadencia, llegando incluso a la  bancarrota.  Incluso tuvo que vender la tumba de su ex esposa Saskia, para poder pagar el entierro de su segunda esposa y tercera pareja Hendrickje Stoffels Pero su obra le ha sobrevivido a él y a sus detractores, y le sitúa, por encima de las contingencias y miserias de su época, en un puesto de honor en la historia universal de la pintura.

Representación
La obra fue encargada por la Corporación de Arcabuceros de Ámsterdam para decorar el  'Gran Salón', del Cuarte sede de la milicia. Debido a esto, Rembrandt usó monumentales dimensiones para el lienzo.
Rembrandt ha representado a la guardia cívica en un portalón a la salida de un palacio con columnas, al pie de una escalinata, y en el momento que precede a la formación y puesta en marcha del grupo, cuando sus componentes llevan a cabo los últimos preparativos de armas y pertrechos y se disponen a atender las órdenes del jefe. En ella aparece la milicia del capitán Frans Banninck Cocq en el momento en el que éste da la orden de marchar al alférez Willem van Ruytenburch. Detrás de ellos aparecen los 18 integrantes de la Compañía, que protegía el bienestar y la libertad de los ciudadanos holandeses, ponían orden en las calles, cerrando puertas y velando por la tranquilidad ciudadana, por lo que era muy apreciada.
Muchos de los hombres que aparecen en la Ronda de Noche eran prósperos mercaderes que pagaron una media de cien florines al pintor por el privilegio de mostrar sus cabezas entre las tropas integrantes de la Milicia; una suma más que considerable para la época. Es probable que Frans Banning Cocq y Wilhem van Ruytenbuch pagaran más por el lugar privilegiado que ocupan en el cuadro. En total, Rembrandt cobró 1600 florines por este cuadro, cifra importante si tenemos en cuenta que en esa época el salario promedio de un trabajador calificado rondaba los 500 florines al año.
Al transformar, Rembrant, el retrato en “acontecimiento” y a los personajes en “actores”, no todos quedaron satisfechos. Rembrandt no había respetado jerarquías y no había dado a todos los milicianos el mismo grado de ostentación, ya que priorizó las razones plásticas.
Y al ser la compañía de arcabuceros una institución municipal, La ronda de noche, sigue siendo propiedad del Ayuntamiento de Ámsterdam, que actualmente cede al Rijksmuseum en préstamo de uso sin contraprestación económica.
Los personajes aparecen captados por el pintor holandés tal y como los pudo contemplar en numerosas ocasiones en el momento en que a diario la compañía se preparaba para formar y salir a continuación ordenadamente para recorrer la ciudad en su misión de vigilantes del orden llevando banderas, mosquetes, alabardas, tambores. Vemos también otros personajes: tres niños corriendo y un perro que ladra, añadidos por el pintor para animar la escena.. El encargo, que debía ser concluido para el banquete de inauguración de la sede de la compañía, fue, junto a otros 3 retratos corporativos, parte de la conmemoración de la llegada en 1638 a Ámsterdam de la reina madre María de Médicis viuda de Enrique IV de Francia, exiliada por orden de su hijo Luis XIII y del intrigante cardenal Richelieu. Esta visita regia a la capital holandesa fue celebrada por sus autoridades con gran pompa y boato.
El pago del trabajo se retrasó debido a que no cubrió las expectativas de los miembros de la milicia, por no estar perfectamente definida la presencia de la mayoría de ellos. La escena de la compañía forma parte fundamental de la tradición holandesa de retratos colectivos que surgió en la llamada "Edad de Oro del arte holandés". Autores contemporáneos de Rembrant se dedicaron casi en exclusiva a este tipo de retratos de encargo.

Personajes principales
Se han identificado a la casi totalidad de los 28 personajes que aparecen en el cuadro  (30 antes de un desafortunado recorte, además de tres niños y un perro). Entre todos destacan:
Capitán Frans Banninck Cocq o Banning Coq (1605–1655): capitán de la compañía y figura central que vertebra los ejes del cuadro. Frans Banning Cocq en el momento en el que éste da una orden a su alférez, indicado por el gesto de la mano y la boca abierta. Con la mano indica la orden a su teniente y la alarga al espectador, incluyéndolo en la escena. Pese a evitar un orden jerárquico en la distribución de los miembros de la milicia, Rembrandt le otorga la posición predominante que su cargo le reserva.
Teniente Willem van Ruytenburch o van Ruytenburgh (1600-1657): teniente de la compañía, es el que recibe la orden de preparar la compañía para la formación. Ruytenburch era de baja estatura, y, para que no quedara muy disminuido junto al gigantesco capitán Cocq, Rembrandt lo realza empleando en su uniforme un tono amarillo al que hace vibrar iluminado por un rayo de sol.
Retrato de Saskia van
Uylenburgh
La niña: es un personaje clave en el cuadro, por ser el único femenino y servir de foco de luz. La niña no se encuentra en penumbra y las sombras no la tocan. Parece un espectro que poco tiene que ver con el resto de los personajes. Por esta inusual
cualidad, muchos críticos ven en la niña un retrato de Saskia van Uylenburgh  (1612-1642), primera esposa del pintor, que murió prematuramente en el año en que fue pintado el lienzo, posiblemente de tuberculosis. Saskia era habitual modelo de muchos de los retratos del autor. Viste un traje amarillo limón y en la cintura le cuelga un gallo blanco con pinceladas azules —relacionado con las garras, símbolo de la compañía de arcabuceros, su emblema—, que Rembrandt representó de esta singular manera, en sustitución del habitual blasón de este tipo de retratos colectivos.. También podría, según otros entendidos ser una niña, por su tamaño y los ropajes. Pero por el lugar donde se encuentra, podría tratarse de una de las “vivanderas” adultas que acompañaban al ejército para hacerles compañía (esta forma de representar puede que sea por la costumbre medieval de retratar a los personajes secundarios más pequeños que los protagonistas). También han observado que lleva un saquito, como el que llevan los soldados para la pólvora; los colores del traje, también guardan relación con los colores del escudo de esta milicia. Asimismo cabe otra posibilidad, y es que fuese una portaestandarte, por lo que si sería una niña, ya que los niños si eran utilizados para ello en los desfiles de las milicias.
Personajes secundarios
Jan Pietersen Bronchorst
Jan Visscher Cornilissen
El resto de los personajes del lienzo son los siguientes quince miembros de la milicia cívica (de izq. a der.): Reinier Engelen, Jan Pietersen Bronchorst, Elbert Willemsen, Herman Jacobsen Wormskerck, Jan van der Heede, Jan Visscher Cornelissen, Claes van Cruijsbergen, Jan Ockersen, Jan Andriaensen Keijser, Walich Schellingwou, Jan Claesen Leijdeckers, Barent Harmansen Bolhamer, Rombout Kemp, Paulus Schoonhoven y Jacob Jorisz.
En definitiva es un verdadero simbolismo hecho pintura, y un eterno icono histórico reflejo de una época concreta. Al representar a esa Holanda republicana, burguesa, comercial y mercantil. Como lo demuestran los hombres representados prueba de que sólo los ciudadanos acomodados podían formar parte de la milicia, al poder pagarse sus propias armas. Y esos ciudadanos acomodados eran los comerciantes, los burgueses centrados en los negocios.

Estructura
Rembrandt se apartó de lo convencional, evitando una escena estática y formal, y generando, en cambio, una de acción, más del gusto del Barroco imperante. Rembrandt de mayor importancia al desarrollo de la acción que a la fiel realización de retratos de los personajes que aparecen. Presenta al grupo de forma espontánea y libre, captado en un instante, como si se tratase de una fotografía. Hay enorme animación y ruido, cada uno hace cosas distintas, en las más variadas actitudes y posturas: Banning Cocq le dice a su teniente que de la orden de marchar. Detrás, la compañía se pone en acción. El sargento gira la cabeza, el portador del estandarte levanta la insignia, el tambor empieza a tocar, un perro ladra, y el chico que está a la izquierda empieza a correr. El espectador tiene la sensación de que ha llegado en el momento justo para presenciar ese tumulto. Todo en el cuadro es movimiento. Hay un grupo central que está saliendo y hay otro detrás que lo sigue. Todos realizan algo, el movimiento es continuo configurando un grupo lleno de vida.. Los soldados parecen apurados para embarcarse en una misión (qué tipo de misión, o si se trataba de un patrullaje ordinario es todavía motivo de discusión). Este ordenamiento caótico es completamente original y constituye un nuevo modo de concebir el retrato colectivo.
Su estilo causó la contrariedad de algunos miembros de la milicia, que por su ubicación en el fondo de la escena son difícilmente distinguibles. A diferencia de cuadros de la misma temática, en que la disposición de las figuras siguen un orden jerárquico preciso, el pintor basó la colocación de los personajes únicamente en razones plásticas. Los rígidos cánones de los retratos corporativos sólo traducían rutina y convencionalismo e imposibilitaban la expresión personal y dramática.
El centro de la composición lo forman el capitán y el teniente, Rembrandt creó la ilusión de que el capitán y el teniente están saliendo del marco, ambos tienen la parte posterior del pie levantada, y la mano de Banning Cocq así como la lanza de van Ruytenburch, se proyectan hacia delante.  
El resto de personajes está organizado en grupos triangulares, donde predomina un  movimiento curvo. Unas figuras son muy visibles, pero otras desaparecen en la penumbra y sólo vemos sus cabezas. Los personajes están colocados en cuatro planos de profundidad; existen multitud de líneas, con predominio de las diagonales y el zig- zag para dar dinamismo. La composición aparentemente desordenada está en realidad construida de un modo racional según los dos ejes medios del rectángulo que conforma el lienzo:
Eje horizontal: Determina el telón de personajes que sirve de apoyo a las dos figuras principales, en primer plano. Los cuatros personajes con trajes de colorido característico dominan el grupo central, dirigiendo la mirada del espectador hacia ellos mismos.
Eje vertical: Determina la posición del capitán con su traje negro, que se ve apoyado por la figura aneja del teniente, éste de amarillo claro. Esta dos figuras hacen que la escena quede centrada, girando a su alrededor el resto de componentes.
Las diagonales que forman la larga lanza y el asta de la bandera se cruzan en el centro luminoso de la escena, encuadrando los tres grupos de personas con una línea imaginaria, quedando los dos mandos de la compañía, en la intersección de las dos diagonales,  en la posición preponderante de la escena.
La sensación del espacio aparece en diferentes niveles: el de la penumbra del portalón, el de la calle radiante de sol y el del observador, se asemeja a otros juegos compositivos típicamente barrocos como se pueden encontrar en Las Meninas de Velázquez o en El jardín del amor de Rubens.
Desde luego la composición es muy compleja, por un lado hay líneas que nos llevan a fijar la atención en los personajes principales, pero inmediatamente surgen otras líneas trasversales que desvían esa atención hacia otros puntos del cuadro produciendo un movimiento continuo de la mirada como si siguiéramos el movimiento de todos los participantes en el cuadro y quisiéramos entrar a formar parte de la compañía iniciando con ellos la ronda.

Color y luz
El dibujo, apenas esbozado, queda disminuido por los juegos de luz y sombra y el color que adquieren una importancia sustancial a lo largo de toda la representación, ya que difuminan y hacen poco nítidos los contornos de las diferentes figuras.  La luz es la auténtica protagonista, la utiliza para componer el cuadro. Los juegos de luz y sombra recuerdan la influencia del tenebrismo de Caravaggio, Rembrandt usa el tenebrismo y el claroscuro, creando fuertes contrastes entre zonas de penumbra dorada y otras fuertemente iluminadas que ciegan y deslumbran  (la niña del gallo en la cintura) con un juego continuo entre la penumbra y la luz.
La luz proviene de la izquierda, según la dirección de las sombras proyectadas, pero a veces parece emanar del interior de las figuras, como en  la niña del centro. Esta luz, a pesar de su concepción realista, no actúa uniformemente, sino que ilumina y destaca a ciertos personajes y relega a otros a la sombra, parece irreal. La iluminación es la gran protagonista de este cuadro, porque crea una atmósfera mágica y misteriosa de penumbras doradas, sombras envolventes y luces cegadores.
También hay que destacar cómo resbala la luz sobre los diferentes elementos del cuadro. Por ejemplo sobre los elementos metálicos, que resbala y ofrecen así mayor sensación de realismo (el arcabuz), sobre la epidermis de los personajes o sobre las telas de los vestidos produciendo diferentes texturas: terciopelo, muselina, brocados de seda, etc.
El color ocupa un lugar preponderante en la obra, es muy rico, lleno de contrastes y matices. Sobre un fondo gris verdoso o pardusco se ven vibrar discretamente, o afirmarse con decisión, azules claros, verdes oliva, castaños dorados, negros y rojos.  
Destacan el brillante amarillo del traje del teniente, con un fajín rojo anaranjado, frente al negro auténtico que se reserva para el traje del capitán , que tiene el color totalmente plano y saturado y la rica textura del terciopelo.  frente y que se coloca de forma intencionada en el centro del cuadro Remarcado aún más, todo lo anterior, por el oscuro colorido de los trajes de los demás personajes, a excepción del hombre vestido de rojo en la izquierda y del color blanco de cuellos y puños.
El color está aplicado con pinceladas anchas, espontáneas y pastosas. El cromatismo del lienzo se desarrolla en tonos cálidos de las tierras y los ocres dorados, con las excepciones, antes mencionadas del rojo del echarpe de capitán, o del soldado del largo arcabuz a su derecha, del blanco ocre de la chica, detrás, y del uniforme del lugarteniente, así como los cuellos y puños. Usa tonalidades opuestas para producir un mayor contraste tanto entre los personajes, como entre las prendas del mismo personaje, el negro riguroso del capitán resalta el blanco de su golilla o incluso el tono dorado de la penumbra en un claro contraste con las caras iluminadas. Desde luego el autor está muy interesado en resaltar los detalles de las figuras situadas en primer plano a través de esos recursos estilísticos.
Las figuras que vemos en segundo plano están más difuminadas y dan la impresión de que existe aire y polvo entre las figuras.
Rembrandt pinta sin apoyo del dibujo que pierde importancia frente al color. Los contornos están diluidos. El cuadro está constituido sobre todo por la luz y el color.

Ubicación
El emplazamiento original, como ya hemos dicho, para el que fue pensado el lienzo fue el  Gran Salón, del Kloveniersdoelen, sede municipal de la Compañía de Arcabuceros de la capital holandesa. Este edificio fue destruido y reemplazado a mitad del siglo XIX por el actual hotel Doelen. En 1715, La ronda de noche se trasladó a la sala del Consejo de Guerra del  Ayuntamiento de Ámsterdam. Sus grandes dimensiones hicieron que fuese mutilado en esta época cuando le fue cortada una franja en el lateral izquierdo y superior, eliminando a tres de los personajes de la escena. Esto se conoce porque se han encontrado copias de la obra original que datan de antes de 1715, y entre las cuales destaca una que se encuentra en la National Gallery de Londres
Cuando las tropas napoleónicas ocuparon los Países Bajos y Napoleón entronizó a su hermano Luis como rey de Holanda en 1806, el Ayuntamiento se convirtió en Palacio Real (aún mantiene esta función real) y los magistrados municipales trasladaron el cuadro a la casa de la familia Trip. Inmediatamente, Napoleón ordenó su vuelta a palacio y se mantuvo allí hasta la caída del Imperio napoleónico. Tras esto, La ronda de noche volvió a la casa de la familia Trip ya convertida en el  Rijksmuseu, como Galería Nacional de Arte de los Países Bajos. En 1885, se finalizaron las obras del actual edificio del Rijksmuseum y el cuadro se trasladó a su ubicación actual.
Durante la  II Guerra Mundial, para salvar el patrimonio artístico durante el conflicto, los fondos más importantes del Rijksmuseum fueron depositados en diferentes búnkers denominados Refugios Nacionales construidos en unas dunas, estuvo oculta durante cinco años siendo su último emplazamiento un búnker en el subsuelo de la capital de Limburgo. Fue separada de su marco y enrollada en un cilindro. . En 1942 los cuadros se volvieron a trasladar a refugios en Steenwiik y Maastricht. Finalmente La ronda de noche en 1945 volvió a Ámsterdam, siendo restaurado en el taller del Rijksmuseum.

Curiosidades
Aparte de la mutilación del siglo XVIII, La ronda de noche ha sido objeto de algunos ataques vandálicos. El14 de septiembre de 1945, un desequilibrado mental atacó la obra con un cuchillo haciéndole numerosos cortes en zig-zag. El lienzo fue restaurado con éxito, aunque aún pueden apreciarse in situ las huellas de este atentado. En 1985, un visitante del museo roció la pintura con un spray de ácido que llevaba oculto. La rápida intervención de los guardias de seguridad y el agua que le fue pulverizada neutralizaron el ácido que afortunadamente no llegó a tocar el lienzo y sólo dañó el barniz. De nuevo, la obra fue restaurada por completo.
La comisión de IV centenario del nacimiento de Rembrandt expuso en la plaza de Rembrant de Ámsterdam junto al busto del pintor, las réplicas de los personajes del cuadro, esculpidas por Alexander Taratynov y Mijail Drónov. Al finalizar esta conmemoración las estatuas serán trasladadas para permanecer en los jardines del castillo de St. Gerlach, cerca de Maastricht.
También en homenaje, en el año de esta conmemoración, el director de cine británico Peter Greenaway rodó un película dedicada al cuadro titulada Nightwatching, protagonizada por Martin Freemen en el papel de Rembrandt y Emily Holmes como su segunda esposa, Hendrickje. Se presentó en el Festival Internacional de Cine de Venecia de 2007 y su estreno comercial en los Países Bajos fue  en enero de 2008.

Comentario
Observamos, en este cuadro, todas las características típicas del Barroco: composiciones llenas de movimiento y dinamismo, con predominio de líneas diagonales y curvas; colorido rico y variado, con un color que unifica el cuadro (el dorado); contrastes de luces y sombras; desvalorización de la línea y el dibujo; realismo y gusto por el detalle; falta de claridad y confusión (lo más iluminado es lo que menos percibimos, como la enigmática niña), etc.
La ronda de noche es uno de los cuadros más representativos de la obra pictórica de Rembrandt, por las novedades compositivas y técnicas que aporta. Es la aportación del genio holandés a la pintura barroca. No es el único retrato colectivo que realiza Rembrandt, y aunque relevantes, el autor prefirió los retratos unipersonales y de pequeñas dimensiones (entre ellos sus autorretratos). El uso de la disposición aparentemente descuidada y la distribución de elementos para centrar la atención del lienzo es otro recurso estilístico utilizado por Rembrant, pero común en otros artistas de la época en sus cuadros colectivos, como Velázquez o Rubens
El barroco fue una época de alegorías y emblemas, etc. Muchos de ellos los podemos encontrar en la obra de Rembrant y de, cuando menos, difícil explicación. Aquí os muestro alguno de ellos donde el carácter simbólico es innegable, pero la explicación podría ser múltiple:
*.- Existe alguna razón para que Banning-Cocq, el capitán,  vista un uniforme de negro satánico y, por contra, Willem van Ruytenburch, su teniente, se vista de luminoso dorado angelical. ¿Querría significar la lucha del bien y el mal? ¿Y  pudo ser ésta la razón que llevó a esos visitantes (posiblemente desequilibrados)  a cometer actos vandálicos contra el cuadro.
*.- Hay una sombra muy significativa de la mano de Banning Cocq sobre el bajo vientre de Willem. ¿qué quiso expresar el pintor? Fijaos que la luz no viene de tan arriba para provocar esa sombra de la mano que parece señalar. El hecho de que el pulgar y el índice de la sombra de Banninck Cocq apunten hacia el león con el escudo de armas de Ámsterdam, cosido en la casaca amarilla de Ruytenburch, ¿quiere decir algo?. Puede ser un nimio detalle con el que
Banninck Cocq señala que Ámsterdam se encuentra segura gracias a su protección.
*.- El guante sostenido por Banninck Cocq, parece que con negligencia y disgusto. Algunos ven en esto un símbolo de desafío, el capitán muestra su guante y está dispuesto a desafiar al enemigo inmediatamente. En definitiva un símbolo de que él y su compañía se toman muy en serio la protección de la ciudad. Pero bien observado el guante, ¡fijaos! Es el de la mano derecha que ya la tiene enguantada sosteniendo una vara de mando, mientras que es la mano izquierda la que no tiene el guante. ¿error?, ¿es voluntario? ,¿en tal caso, de quién es?  ¿y qué está haciendo aquí? ¿Qué es lo que ocurre? Auskalo!
*.- En el fondo del grupo central se ve atrás del todo la cabeza de un hombre, mirando por encima de los hombros del resto con un solo ojo, el derecho. ¿Se trata de un autorretrato de Rembrandt? Después de muchos estudios, sobre todo de sus autorretratos, se ha llegado a la conclusión de que Rembrant tenía un ojo perezoso, el izquierdo, aquejado de astigmatismo, su ojo siniestro, pero el que vemos es su ojo derecho, derecho por izquierdo, pues Rembrandt tenía que pintar su autorretrato valiéndose de un espejo.
*.- ¿No resulta peculiar que haya una diferencia de estatura tan notoria entre ambos sujetos? Willem van Ruytenburch apenas alcanza la garganta de Banning-Cocq. Ciertamente, el simple decoro hubiera podido igualar la altura de ambos hombres o minimnizarla. De esta forma. Willem parece degradado al ser representado tan bajo.
*.- En el lienzo hay exactamente 13 picas; el trece era número de mala suerte a mediados del siglo XVII. ¿Accidental?
*.- ¿Hacia dónde dispara el mosquetero que dispara el mosquete, en el centro de la composición?, lleva una armadura completa y el rostro permanece oculto; obviamente puede tratarse de alguien joven (su estatura) y está disparando en medio del tumulto con gran riesgo para todos; no mantiene el cuerpo en equilibrio y en el casco lleva una ramita con hojas de roble, demasiados misterios como para sugerir un ejercicio arbitrario de representación.
*.- En el centro, entre el capitán y el teniente, de la composición hay un hombre que hace un gesto ambiguo con la mano a la vez que parece mirar al capitán: ¿está evitando el disparo, desviándolo o contribuyendo al mismo, es decir, propiciándolo? 
*.- Todos o casi todos los personajes del lienzo tiene la cabeza cubierta con sombrero: los mosqueteros con penacho de plumas, otros con sombreros altos tipo capotain, otros chambergo, etc.. Quiere Rembrant con ello representar que la defensa de la ciudad es competencia de todos los ciudadanos sin distinción de clase.
*.- Y la rareza mayor de todas y que todos vemos, nada más contemplar el cuadro: la chica engalanada con el brillante vestido. ¿Es realmente una chica? ¿es un espectro? ¿es una enana? ¿es una prostituta? ¿es una noble que huye tras la proclamación de la república de las provincias unidas?¿puede ser una alegoría de la España que comienza su decadencia hegemónica en la zona y que culminará con la paz de Westfalia?. Como veis la interpretaciones son para todos los gustos.
El tema general, que utiliza Rembrant, no era, en principio, innovador y sí acorde con los gustos tradicionales de la pintura holandesa. Pero, paradójicamente,  a través de la trasgresión de las normas institucionalizadas y convencionales del retrato en grupo, realiza una auténtica revolución, tanto por la disposición novedosa y atrevida de los retratados como por el dominio técnico del pincel, y convierte un acontecimiento normal de la vida holandesa en un hecho grandioso pasando el cuadro de ser un retrato grupal a un lienzo histórico y grandioso en la línea de otros como “La rendición de Breda” “La libertad conduciendo al pueblo” o ·”La carga de los mamelucos” y continuando la gran tradición pictórica europea, católica y mediterránea, con la que precisamente habían roto los pintores holandeses de la época.
El pintor en esta obra demuestra que es espíritu libre dentro del panorama pictórico flamenco del siglo XVII. Al mismo tiempo muestra algunos rasgos precursores modernistas (no en vano se le ha llamado el pintor de la luz dorada) y dejó una notable huella en pintores posteriores que han dado primacía al color sobre el dibujo en el  siglo XIX como Delacroix o el mismo Goya o en el movimiento impresionista de las vanguardias modernistas.
Georg Simmel, filósofo y sociólogo alemán escribió de él que fue "Capaz de representar no lo que existe, sino la existencia" Para él tenía más importancia la veracidad y la sinceridad que la belleza clásica y de ahí su modernidad.

viernes, 22 de enero de 2016

COMENTARIO VII

Obra 1ª El jardín de las Delicias
FICHA : 
Artista: Hieronymus van Aeken Bosch. El Bosco
Ubicación: Museo del Prado
Técnica: Óleo sobre tabla
Fecha de creación: su realización se calcula entre 1500-1510
Medidas: El panel cerrado mide  220 x 195 cm (exactamente como el panel central) y los paneles laterales miden 220 x 97,5 cm cada uno.
Período: Renacimiento nórdico/Gótico flamenco/Primitivo flamenco

Género: Arte cristiano

La Obra de vamos a intentar comentar en este Comentario VII va a ser “El jardín de las delicias” de El Bosco. Lo primero decir que es una obra compleja a la que se han dedicado miles de comentarios y el nuestro va a ser uno más sin ninguna pretensión de aportar nada nuevo cuanto de reflejar algunos apuntes iniciáticos para esta compleja, apocalíptica y maravillosa obra de este autor. Primero decir que al igual que la otra obra comentada con anterioridad  “El carro de heno”,  ésta también se trata de un retablo, en concreto de un tríptico, titulado "El Jardín de las Delicias" y pintado por el pintor holandés Hyeronimus Bosch conocido con el sobrenombre de "el Bosco" a comienzos del siglo XVI. Obra predilecta del rey Felipe II , adquirida por él y que figuraba en El Escorial.
Antes de continuar con el análisis de la obra hay que hacer constar que: El mundo, mejor dicho, los mundos que presenta El Bosco no tienen nada que ver con la realidad, ni con la comprensión humana. Es uno de los primeros genios de la historia del arte que introduce en sus imágenes el componente onírico que supera la realidad consciente. La fantasía, el humor, la crítica ácida saturan esta imagen cruda del ser humano, que se precipita en el infierno con cada uno de sus actos.
El Bosco puebla sus paisajes con monstruos, plantas antropomorfas y objetos imposibles. El ser humano, desnudo ante sus actos, es poco más que un ser diminuto que va pululando en ambientes misteriosos y exotéricos que irremediablemente le conducirán hacia la perdición. Las encarnaciones de la sensualidad son deslumbrantes por su variedad: la música, el amor, el juego, la bebida, incluso el aprendizaje y el conocimiento.
En el infierno, el sueño-pesadilla se disloca: orejas de las que emergen cuchillos, demonios con bocas dentadas en el vientre, escaleras que no llevan a ningún sitio y, entre todo ello, los cuerpos de los pecadores que están siendo despedazados por los demonios y sus máquinas infernales.
La técnica minuciosa de El Bosco está directamente relacionada con la pintura de su época y los avances con el óleo. Pero, su forma de componer y situar las figuras en el espacio, así como su interpretación de un tema clásico de la pintura religiosa como es el pecado, no tienen nada en común con los otros pintores de su entorno.
Es difícil entender de dónde extrajo, sus ideas y sus personajes. Se ha tratado de justificar esta particular iconografía a través de la enseñanza de una secta herética del momento, llamada "del libre espíritu", seguidores del adamismo, pero no está aclarada la pertenencia de El Bosco a la misma. También podría haber entresacado los motivos directamente de textos escolásticos, concretamente de los comentarios de San Agustín y San Gregorio a pasajes del Antiguo Testamento No obstante, hay que ver una clara influencia medieval en la obra del Bosco visible tanto en los personajes fantásticos y demoníacos, que enlazan directamente con los bestiarios medievales, como en el recurso a la caricatura y la sátira con un fin moralizante.

ANÁLISIS DE LA OBRA:

Como ya hemos comentado se trata de un tríptico de madera pintado al óleo, técnica introducida y generalizada por los pintores denominados "primitivos flamencos". Aunque dentro  del estilo flamenco, este autor procedente de Holanda se desmarca completamente de su época e incluso de posteriores. Se trata de una Obra con una gran carga simbólica. El tríptico cerrado y abierto es una alegoría completa del origen y fin del mundo Si observamos la tabla cerrada aparece representada  una de las primeras escenas del Génesis, el globo terráqueo y una minúscula presencia de Dios representado como un anciano con tiara y barba:en la esquina superior izquierda representan –según muchos- el tercer día de la creación, esto es: la creación del mundo vegetal, origen de la vida; de manera que aparece la tierra dentro de una esfera de cristal. En su interior, una vez abierto
Las tres tablas separadas: Paraiso-Tierra-Infierno
el tríptico, cada tabla representa un tema: "la creación de Adán y Eva" (tabla de la izquierda en la que aparece la creación completa), "el Jardín de las delicias" (tabla central  en el que aparecen las más variadas formas de la sensualidad, que presumiblemente conforman la vida terrenal) y "El infierno" (tabla de la derecha). Interpretado de principio al fin, y aunque cada tabla refleja una temática diferenciada, todas giran en torno a la aparición del pecado en el mundo, la naturaleza de los pecados relacionados con los placeres terrenales y las consecuencias que el disfrute de estos conlleva con los castigos del infierno, esto es la historia de la caída del género humano, sin posibilidad de redención, puesto que no existen las figuras divinas de Cristo o María, ni tampoco la elección de los benditos para vivir en la Gracia de Dios tras el Juicio Final.
Tabla izquierda: El Paraíso
En la tabla de la izquierda, como hemos comentado se representa el último día de la creación, cuando Dios decide crear primero al hombre y, acto seguido, a la mujer, presentándolos. Creados por Dios en medio de un entorno fantástico donde resaltan los colores brillantes, azules y verdes, con un jardín espectacular, con animales variados y fantásticos, rocas caprichosa y fantasmales, flora original y una imaginativa fuente, la fuente de la vida.
La idílica imagen de paz del paraíso, que en un principio podemos observar, se interrumpe cuando, contemplando con mayor atención, observamos a un león devorando a un ciervo o un leopardo con un ratón en la boca y otros de aspecto tenebroso. Estos elementos que perturban esa paz paradisíaca anuncian la presencia acechante del pecado. En el estanque central aparece la Fuente de la Vida, representada con una forma entre orgánica y mineral, por uno de cuyos orificios aparece una lechuza, que en la
Antigüedad representaba la sabiduría (se asociaba con Atenea) pero en la Edad Media era símbolo del mal. Probablemente este elemento tenga connotaciones sexuales y fálicas anunciando los placeres de la carne desarrollados en la segunda tabla. A la derecha del estanque aparece una roca con forma de rostro humano, se puede deducir que es el rostro del diablo, del que sale una serpiente que se enrosca en el Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal, y  desde allí tentará a Eva. Otros elementos serán: el Árbol de la vida ( drago canario) el elefante blanco ( la inocencia) montado por un mono ( símbolo de la lujuria) ; un toro ( símbolo de la pasión) amenaza o empieza a acosar a un unicornio ( símbolo de la pureza).
Entre un paisaje de colores cálidos en el primer plano, y fríos hacia el fondo, rodeado de montañas, aguas y animales bellos o siniestros, sólo el rostro de Cristo se dirige al espectador.
Tabla central: La Tierra dominada por la lujuria y
otros pecados
En la tabla central, la que da título al conjunto de la obra, nos muestra una complicada escena con cientos de personajes en actitudes “muy interesantes”. Aparece un paisaje en el que el pecado ha triunfado y multitud de seres humanos, hombres y mujeres sin distinción de su condición social o raza, sucumben a los placeres de la carne. La  escena se ordena en tres niveles en altura:  
 La lujuria parece haberse adueñado de todo y de todos, mujeres y hombres, (no hay niños, sólo adultos muy pálidos con algún negro para contrastar) y se muestran todo tipo de relaciones sexuales. Así en la parte inferior aparecen numerosos desnudos en grupos o parejas entregándose febrilmente a todo tipo de placeres carnales y en las más diversas actitudes, posturas, actos, y desviaciones sexuales acompañados animales y frutos de tamaño desmesurado sobre todo moluscos y de frutos rojos (cerezas, frambuesas, fresas, madroños, moras…) frutos carnosos que rápidamente caducan, efímeros, como metáforas
de la fugacidad de los placeres sexuales. Igualmente aparecen pájaros gigantes como grullas vinculados al igual que los frutos con Afrodita, símbolos de la lujuria, y en los que hay que ver connotaciones sexuales como símbolos del deseo sexual. Algunos de estos pájaros enormes alimentan del fruto deseado a hombrecillos. ( el mundo al revés)  Algunas de estas parejas aparecen dentro de burbujas o pompas de cristal que aluden a la capacidad del pecado para atrapar a la persona y a lo efímero de la pasión. En la parte inferior se desarrollan todo tipo de relaciones sexuales: heterosexuales; alusiones a la homosexualidad, el onanismo, al adulterio (el marido engañado que lleva a sus espaldas a los amantes dentro de un mejillón).       
 En el centro aparece un estanque circular donde un grupo de mujeres desnudas se da un baño que son contempladas por un nutrido cortejo de jinetes desnudos que cabalgan alrededor sobre animales, (panteras, leopardos, osos, toros, cabras, unicornios, grifos, ciervos, jabalíes, cabras, leones,...), reales y fantásticos en su mayoría derivados de los bestiarios medievales y escritos místicos que son símbolos de la lujuria y otros pecados.
 La escena es explícitamente sexual (montar un caballo es un símil de realizar el acto sexual) y los caballeros pretenden relación carnal con las damas (la más atrevida ya está saliendo del agua).Simbólicamente el estanque podría representar la fuente de la eterna juventud o el estanque del adulterio (la fuente del amor o de Venus) en el que bañan sus cuerpos mujeres desnudas, con tocados de cuervos y pavos, símbolos de la incredulidad y de la vanidad respectivamente, garzas o ibis (devoradores de peces muertos en referencia a los goces pasados) y en espera de un encuentro que se adivina carnal.   Un hombre parece no resistir la tentación y se lanza al agua siendo recibido por una muchacha.

La parte superior aparece organizada en torno a otro estanque de mayor tamaño, y forma irregular; en el estanque flota el enorme globo azul-gris de la "fuente del adulterio", usada para las lascivas acrobacias de los lujuriosos y en él que convergen los Cuatro Ríos del Paraíso Terrenal (Fuente de los Cuatro Ríos del Paraíso Terrenal).  A cada río le corresponde una construcción inestable, torres/colinas absolutamente fantasiosa y surrealista y realizadas a base de cuernos, palmas, conos, cilindros, medias lunas, emblemas todos ellos del género masculino y femenino. En su interior parejas de amantes en distintas actitudes: una pareja se manosea y otro enseña el trasero.
También aparecen acróbatas.  Y es que durante la Edad Media estos personajes, junto a los juglares, eran un claro referente de la sexualidad y por ello frecuentemente eran condenados por la iglesia. En uno de los lados se observa a un ciervo que ha cazado a un hombre (el mundo al revés).
En las dos esquinas inferiores del jardín hay dos escenas a tener en cuenta: un grupo de la parte inferior izquierda señala a la tabla del Paraíso donde está Eva protagonista de la tentación. En la otra esquina están Adán y Eva en una cueva. Adán señala a Eva. El dedo acusador de Adán (mirando al espectador) responsabiliza a la mujer. Por último el panel de la derecha se representa el infierno. En el infierno se exponen los castigos de los pecados la lujuria, avaricia, soberbia, afición al juego, sensualidad de la música y las costumbres y vicios de los clérigos. En esta tabla, los colores, en consonancia con el tema, se vuelven oscuros predominando los tonos negros, azulados y rojizos. El conjunto se ordena en varios niveles.
En la parte superior se ve una ciudad en llamas así como las más variadas torturas a las que son sometidas los pecadores-condenados. Éstos protagonistas
Tabla derecha:
 El Infierno
de diversos pecados, sufren tormentos en medio de un paisaje desolado, amenazante y lleno de seres horrendos que los devoran, aplastan y asesinan. En esta parte al fondo, la última escena, grandes masas de seres van de un lado a otro rumbo a las ruinas de edificios incendiados. Las luces sobrecogedoras iluminan a las masas que parecen arrastradas hacia su perdición en juegos de diagonales que permiten una sensación de movimiento incesante. . Muchos maestros de pintura admiraron y tomaron como modelo las luces y el fuego que el Bosco fue capaz de plasmar de una manera única.
En la parte central aparecen representaciones oníricas, con criaturas extrañas. En el centro se encuentra el hombre-árbol, quien, sin culo y con sus brazos en forma de troncos secos y sus manos como botes flotantes que se apoyan en una especie de mar de aguas pestilentes contempla lo que sucede en sus entrañas como si fuera una taberna. Su rostro masculino se ha interpretado como un autorretrato del pintor, con un disco sobre la cabeza en la que bailan distintos monstruos/demonios que parecen patinar en torno a una gaita.
Incluso los instrumentos musicales sirven de armas terribles para ejecutar a los malditos. En la zona inferior  encontramos “el infierno musical”, se observan enormes instrumentos de música como arpa, laúd, órgano de manivela, que en el infierno se transforman en instrumentos de tortura: así un condenado está crucificado en un arpa, otro sodomizado por una flauta, u otro llevando su instrumento como la cruz a cuestas  Tal vez se esté condenando la música profana que promueve los encuentros anteriores a la lujuria.. 
Lucifer con rostro de pájaro
En el ángulo inferior derecho aparece Lucifer como un monstruo con cabeza de pájaro y pies de vasijas que engulle cuerpos para después defecarlos en un orinal desde donde caen a un pozo. En él el glotón (gula) es obligado a vomitar y un individuo en cuclillas defeca monedas (el dinero no sirve en el infierno), se trata del “castigo de los avaros”. Al lado, la dama orgullosa (SOBERBIA) se ve obligada a dejarse abrazar  por el diablo y sus encantos se reflejan en las nalgas de un monstruo.  Las nalgas hacen de espejo y en la tradición medieval el espejo es un instrumento favorito del diablo» ("El espejo es el verdadero culo del diablo").  En un lago los patinadores cuando el hielo se quiebre caerán y se hundirán.
El hombre-árbol
Encima, un caballero con armadura (ira) es atacado por una jauría. Puede tratarse también de sacrilegio pues se aferra a un cáliz de oro. Por encima vemos un cuchillo entre dos enormes orejas: como si fuera un tanque infernal que avanza sobre los condenados y los aplasta.  Simbolismo del sexo erecto. Lleva una M que parece corresponder con el nombre del Anticristo (según algunas opiniones). Las orejas atravesadas por una flecha son símbolo de infelicidad y de hacer oídos sordos a la palabra evangélica.
Finalmente los personajes situados en primer término, en el nivel inferior, parecen condenados por el juego y las tabernas ya que portan dados, naipes y tableros de juego y son torturados por demonios. El enorme roedor vestido con un traje de rica tela y zuecos, muestra en su espalda una especie de escudo que tiene clavada una mano: la misma que hace la señal de Cristo, pero sostiene un dado. Con total sangre fría atraviesa con su espada a un
El infierno musical
hombre de gesto resignado. Una mujer desnuda lleva los símbolos de la prostitución en sus manos: una vela y una jarra, necesarios en los encuentros furtivos. Riñas, apuestas, trampas, putas: todo es parte del mundo perdido de las tabernas. Tras la prostituta, una liebre con atavíos de cazador lleva colgada a su presa (de nuevo el mundo al revés), un hombre, y sus lebreles infernales atacan a otra víctima humana.  
En todo el panel aparece la crítica de las faltas y costumbres de los clérigos  monjes leyendo breviarios y monstruos monaguillos que tocan campanas cuyo badajo ha sido cambiado por hombres. En la zona inferior izquierda (nuestra derecha) , aparece un cerdo con toca de monja obligando a un hombre a firmar  un documento, tal vez alusión a la venta o compraventa de indulgencia (simonía).
En esta composición poderosamente vertical, la visión es llevada de abajo hacia arriba, que es una manera de darle profundidad pues se coloca el plano más lejano en la parte superior y final, mientras que la parte inferior aparentemente está más cerca de nosotros. Esta parte se caracteriza por tener colores más vivos y más cálidos que en las otros partes, además de estar más iluminada.  Y además todas las escenas parecen ocurrir en la Tierra.
La segunda parte o segundo plano tiene colores fríos, con un gran predominio del color azul ya que transcurre en el agua o tiene relación con ella.
La tercera parte o tercer plano corresponde a la zona por encima del horizonte (cielo) con una clara diferencia en la tabla del infierno donde predomina la oscuridad.
En resumen los planos van superpuestos y con ello se consigue profundidad y perspectiva en el cuadro, al mismo tiempo nos da la sensación de que penetramos, de alguna forma, en el cuadro.

ANÁLISIS TÉCNICO:

Nuestra mirada parece dirigida por una mano maestra que nos lleva por las formas principales en un movimiento de zig-zag que va de abajo hacia arriba (dirigida no sólo por las formas sino por el tamaño, los colores, actitudes, etc…), con ello el artista pretende dar profundidad a la obra con ese movimiento ascendente hacia el interior del cuadro.  
El Bosco utiliza un punto de vista muy alto (como si estuviésemos observando desde una torre) y así se ve mucho paisaje, quedando el horizonte muy lejano, dando la sensación de inmensidad. Sin embargo las figuras parecen vistas desde un punto focal muy bajo. Por ello no parece que exista una verdadera ilusión espacial, más bien parecen planos claramente escalonadas en sentido creciente

La perspectiva se consigue empequeñeciendo lo que se encuentra lejos. Se hace hincapié en el movimiento de los personajes y en una representación realística de los mismos.
Algo muy típico de los pintores holandeses y flamencos del renacimiento es la minuciosidad en los detalles, hasta el punto de que con una lupa podríamos observar minúsculos detalles que a simple vista pasan desapercibidos. La prueba de ello la tenemos en las últimas investigaciones en la que unos estudiantes norteamericanos han descubierto e identificado una partitura musical que uno de los personajes de la obra tiene grabada en el trasero.
Los colores son muy variados y estridentes, lo que, junto con lo representado, acentúa la sensación de sueño fantástico que impregna todo. Las figuras y los fondos están pintados con sumo cuidado y preciosismo, si cabe la palabra para las imágenes que observamos. Las zonas claras poseen colores diáfanos y opalescentes en ciertos detalles. El Bosco logra controlar las transiciones de color en los cuerpos de las figuras. Los colores principales son, en general, el blanco opaco, el azul, el celeste, rosa, lila, avellana, verdes en las dos primeras tablas, mientras que en la segunda predominan los  negros, marrones, rojos oscuros, grises, en la parte superior. Los colores cálidos dominan en el piso –avellana, ocres cálidos- e incluso toques rosáceos que parecen reflejos de la luz externa. La piel de los personajes se vinculan con los ocres, los rosas pálidos en una gama amplia. Hay toques algunos toques de grises en caparazones, armas etc.
En la obra podemos notar la factura de la pincelada: por un lado toques de distintos tamaños e intensidad, usando capas de colores para lograr veladuras suaves. Sin embargo en otras  del cuadro, en cambio, la pincelada presenta una materia más corpórea y opaca.
La luz tiene su fuente principal en el lado inferior izquierdo de la composición. Sin embargo la construcción de objetos y personajes no muestran claro-oscuros decisivos: los cuerpos tiene apariencia ligera, apenas existe un modelado en volumen, casi parecen planos. Y es precisamente la luz la que  va atenuándose a medida que pasamos y ascendemos de un plano a otro; se enfría en el plano medio y reaparece fantasmalmente en el último plano. Así en el primer plano cercano a nosotros los colores al parecer se ven más vivos por la luz referencial; a medida que avanza la mirada la fuente de luz se va perdiendo, pero cada escena parece tener una iluminación propia ya que, por un lado, conserva la referencia de la dirección que sigue nuestra vista, de abajo arriba y por otra parecen microcosmos independientes unos de otros.
En la parte final del la tabla derecha las luces que salen de los edificios se proyectan a un cielo azulado, oscuro. Hay, hasta, formas en contraluz en el horizonte, dibujando siluetas de edificios. Las sombras se dan a través de tonos más oscuros del color. La luz prácticamente se dibuja con pinceladas de blanco, pinceladas que también modelan los objetos y seres. Breves pinceladas rosas o blancas dibujan masas de gente moviéndose de un lado a otro (cruzando puentes, etc.).

COMENTARIO DE LA OBRA: 

El Bosco es uno de los pintores más misteriosos de toda la historia del arte y no es fácil interpretar sus obras. Muchos eruditos han intentado descifrar los significados que una obra tan original parece ocultar.
Las figuras monstruosas y diabólicas que creó han alimentado teorías de todo tipo: desde una relación íntima con la secta de los Adamitas (que apareció en el siglo XIII) y sus prácticas sexuales, hasta posibles lecturas psicoanalíticas de sus imágenes, pasando por las teorías de las prácticas alquímicas del Bosco reflejadas en sus caprichosas formas y colores utilizados.
Sin duda su obra encierra un mensaje moralizante advirtiendo al hombre de las consecuencias que tiene para el hombre el disfrute de los placeres carnales, que aunque dulces, son de breve duración, como los frutos rojos, temporales, frente al carácter eterno de las torturas del infierno representada en la tabla anexa.
La obra tiene carácter coral: hay cientos de personajes, figuras que se mueven de un lado a otro, pero también tiene elementos claves que nos ayudan a no perdernos en la maraña de acciones. Como vemos son innumerables los personajes y símbolos que llenan esta compleja obra. Por ejemplo, podemos decir que la tabla izquierda representa la inocencia del hombre en el momento de la creación. La tabla central como un sueño erótico representando que la lujuria es el origen de todos los  pecados y la causa de la perdición del ser humano. Y esta entrega exacerbada a la lujuria se paga con el infierno representando en la tabla de la derecha donde demonios y monstruos trabajan a destajo para infligir horrorosos tormentos a los condenados.
Muchos animales tienen un significado oculto: el pájaro la libertad, el mono el placer sexual, el perro la fidelidad, etc.
Sin embargo, hay investigadores que han dado un sentido distinto a la Obra pues para ellos la tabla central, en vez de representar los pecados, representaría un estado idílico de un Paraiso de disfrute para el hombre, en el que no existe la vejez ni los trabajos, que podría haber existido, pero que nunca existió como consecuencia del pecado cometido por Eva. No obstante, hay que ver una clara influencia medieval en la obra del Bosco visible tanto en los personajes fantásticos y demoníacos, que enlazan directamente con los bestiarios medievales, como en el recurso a la caricatura y la sátira con un fin moralizante.

CONCLUSIÓN: 
En esta obra El Bosco da testimonio de un estilo original aunque con raices en la tradición medieval. Cabe destacar, la minuciosidad de su trabajo, el dominio de las técnicas del óleo y la miniatura y su capacidad para organizar una composición tan compleja. La pintura de El Bosco fue muy valorada por el rey Felipe II por su carácter moralizante, conocida es la personalidad de este monarca, y es llo que hizo que adquiriera algunas de las mejores obras de este autor, hoy día conservadas en el Museo del Prado.
 El Bosco inspiró a muchos artistas, aun cuando fue incomprendido en su tiempo. Ya en el siglo XX los surrealistas toman como una de sus influencias al arte del Bosco, pues vieron en la Obra del Bosco un precursor del mundo onírico que buscaban en su pintura definiendo su pintura como la del "primer pintor surrealista". Entre ellos tenemos a Joan Miró o el mismo Dalí.
El  enorme montón de símbolos y alusiones, que envuelve a las figuras, el ambiente, en definitiva a la pintura misma, no le resta expresividad al artista y en cada uno de los símbolos el artista expresa una vitalidad y una inventiva que parece inagotable lejos de lo que se pueda suponer que es sólo inspiración temporal.
Sus cuadros son frecuentemente verdaderas sátiras de los vicios y males de la sociedad, mezcladas con alegorías, alardes de imaginación y fantasía e, incluso, un lenguaje simbólico que muchas veces nos cuesta trabajo comprender, pero que no restan interés a su pintura. La impronta de El Bosco es mostrar cómo la locura humana lleva directamente a los sufrimientos infernales.
Para acabar y a modo de juego te propongo que observando esta obra, localices:
  1. Una cerda vestida de monja besando a un hombre.
  2. Una pareja copulando dentro de un mejillón.
  3. Un conejo vestido de cazador que lleva a su víctima suspendida de una pértiga.
  4. Unos pájaros salen del trasero de un condenado.
  5. Un personaje introduce unas flores por el recto de otro.
  6. Un “Menage à trois” dentro de una campana transparente.
  7. Haciendo el pino en un lago tapándose los genitales, donde hay frutas y pájaros.
  8. Un hombre se encariña de una lechuza.
  9. Grupo portando un crustáceo con tres cuerpos enseñando sus culos grises.
  10. Grupo mostrando ostentosamente sus posaderas sobre las que hurgan negros cuervos.
  11. Jinete haciendo un mortal sobre su caballo.
  12. Cardo con su flor y mariposa libando (símbolo del alma).
  13. Patinadores en el lago helado (contraste infernal calor/frío.
  14. Equilibrista haciendo el “cristo invertido”.
  15. Hombre junto a un barril alimentado por un pato.
  16. Dragón de tres cabezas que sale del estanque.
  17. Símbolo de Madrid: el oso y el madroño
  18. Al hombre que tiene grabado en el trasero una partitura musical
  19. Un caballero siendo devorado por perros con un cáliz en la mano
  20. Un hombre presumiblemente muerto colgado de una llave.