domingo, 8 de noviembre de 2015

GENERALIDADES (III) LA OBRA DE ARTE


La obra de arte

Para intentar definir esta expresión de “obra de arte” lo primero que vamos a hacer es determinar el origen etimológico de las dos palabras que dan forma a este término que vamos a analizar a lo largo del blog.

Ambas proceden del latín: Obra proviene del vocablo “opera”, que puede traducirse como “trabajo”. Y Arte podemos determinar que es fruto de la evolución del término latino “ars/artis”, que es sinónimo de “obra de gran creatividad” y que a su vez puede proceder de una raíz de origen indoeuropea con significado: mover, colocar, ajustar, hacer actuar...  Con todo ello bien podríamos deducir o definir que “obra de arte” es: cualquier “cosa” “actividad” “trabajo” producida/movida/hecha/colocada… por algo o alguien, en nuestro caso el ser humano.

El término lo utilizamos para  nombrar tanto una  creación material (como una artesanía o un producto industrial) como una producción intelectual (un cuento, una canción, etc.).

Los artistas expresan sus percepciones, emociones, sensaciones, esto es, su visión del mundo real o imaginario a través de diversos recursos lingüísticos, plásticos y sonoros que conforman un producto que reconocemos con el nombre de “obra de arte”.

Una “obra de arte”, por lo tanto, es un producto que transmite una idea o una expresión sensible. Se trata, pues, de la creación que plasma la intención de un artista.

Si bien la noción de obra artística suele identificarse con las artes plásticas: pintura, escultura, cerámica, arquitectura, orfebrería, dibujo....., también las creaciones musicales, literarias y cinematográficas, etc., también son obras de arte, ya que suponen producciones elaboradas por una persona con intención artística.

Algunas/muchas de esas obras de arte se han  convertido en pilar fundamental de la Historia del Arte y son conocidas en todo y por todo el mundo; por ejemplo, entre las más pinturas significativas se encuentran las siguientes: “La Creación de Adán” que realizó Miguel Ángel,“La última cena” o “La Gioconda” realizadas por Leonardo da Vinci; “Los girasoles” de Van Gogh, “El grito” de Edvard Munch; “El Guernica” de Pablo Picasso.
Asimismo, en cuanto a esculturas, podríamos subrayar el valor del “Discóbolo” de Mirón, el “David” de Miguel Ángel o “Apolo y Dafne” de Bernini, o“El pensador” de Rodin. En arquitectura podemos subrayar: La  pirámide de Gizeth, El Partenón de Atenas, El Panteón de Agripa, la Catedral de Santiago o La Sagrada Familia de Barcelona, entre otras.
La consideración del arte como una dimensión elevada y casi ajena al común de la gente hace que sólo se considere como obra artística a las producciones de los grandes maestros o figuras reconocidas. La pintura de un oficinista que se dedica al arte como pasatiempo o un cuento escrito por un almacenero difícilmente serán considerados a nivel social como obras de arte aunque su calidad técnica o su elaboración superen, en ocasiones las de los “grandes artistas” y es que hay que tener en cuenta que el artista y su proyecto de vida (momento histórico, entorno social, artístico, familiar,…) junto con su obra forman un tándem inseparable en el que ambos se retroalimentan constituyendo una única “cosa” que reconocemos como ”obra de arte”. A modo de ejemplo Munch sin su proyecto de vida (entorno familiar, social, artístico), y su obra “El grito” forman un todo inseparable en el que para analizar o comentar el cuadro, es necesario referirse al entorno social, político, familiar e incluso relacional de Munch, pero es que al hablar de Munch no podemos dejar de lado su producción principal “El grito” que ha constituido un icono a la desesperación del ser humano.

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